miércoles, 26 de septiembre de 2012

De las súplicas...

Me acordé de mi amá, cuando necesita que algo salga bien, dice una frase como: “en nombre sea de Dios”. Debe ser profundo su significado porque hasta puedo ver cómo cierra los ojos y hasta se santigua.

De mi madre y de mi abuelo, es seguro, debo tener una vena espiritual, y no tengan duda: la corte hace muchos años. Ya saben: me gustan los caminos largos
La Vega, República Dominicana, agosto de 2012.
Pero tampoco tengan duda: regresé por convicción y digamos que gracias a mi práctica de yoga; porque algún día a este cuerpo le faltó un espíritu, porque mente —recuerdan bien—, en este cuerpo "siempre" ha habido. 
Recordé esa frase, porque hoy al mandar un correo con un documento que sintetiza el trabajo de año y medio, no sólo mío, sino de dos personas más, me surgió la necesidad de suplicar para que todo salga bien o más que bien. 

Entonces: cerré los ojos, di clic en enviar y repetí “en nombre sea de Dios”.
 
Así pues, ya hice lo que me tocaba: hacer un trabajo impecable y no hablo de perfección, hablo de impecable porque hice lo que tenía que hacer de acuerdo a mis capacidades y, creo, hasta un poco más. Las chicas hicieron lo suyo. Los colaboradores externos hicieron lo suyo. 

Así que: “en nombre sea de Dios” y que todo vaya como tenga que ir.

Om
Amén

martes, 4 de septiembre de 2012

¿Qué vamos hacer...?


Ya en serio… ¿qué vamos a hacer con los gobiernos en nuestro país? Algo viable para hacer contrapeso a estos gobiernos: Salinas, Foxes, Calderones, Peñas o lo que sea.
  • No me hablen de marchas, no tengo tiempo.
  • No me hablen de manifiestos, que para los que leen puë que esté bien, pero para el resto de los habitantes de este país, les queda la Señorita Laura porque lo único que quieren es descansar la cabeza de todos sus problemas.
  • No me digan de marchas en el DF porque no son representativas de la realidad nacional y este país lo que menos necesita es paralizar su actividad económica.
  • Díganme ¿qué vamos a hacer con los millones de pobres que tenemos en nuestro país? Y cuya única preocupación, al día, es tener comida, que no alimento.
  • Díganme ¿qué vamos a hacer con la educación? Nosotros, nosotros, nosotros, no el gobierno. No podemos esperar mucho de ellos, ya han mostrado sexenio tras sexenio que nada se puede esperar de ese sector (público).
  • Díganme ¿qué vamos a hacer con la marginación, la inseguridad y la violencia que habita en los pueblos, colonias, barrios, unidades habitacionales de nuestro país?
Lo único real que tengo ante mí —neto— es que a mí no me pueden seguir las cosas igual, ya son muchos años de batallar para vivir al día; ya son muchos años de batallar y no tener seguridad social, ni pensar en el lujo de tener vacaciones, ni pensar en tener un techo seguro.
Es en serio: soy Angélica Garnica Sosa, hija de la educación pública de este país, hija de una familia trabajadora, de padre obrero y madre campesina, hija de dos seres humanos extraordinarios que cultivaron en mí el estudio, el desarrollo (superación), el agradecimiento y el amor al trabajo. Soy socióloga, maestra en planeación, con un montón de experiencia en un montón de cosas que a veces pienso que no sirven para nada. Soy un ser humano preocupado y ocupado por hacer lo que le toca hacer y, a veces, hasta más.
Y estas cosas me preocupan y me ocupan, si por el contexto social, pero sobre todo por lo que significan para mí, mi familia, mis amigos y colaboradores, con esto tengo al día. No sé si al resto le signifique algo esto, además de porque el copetes es y representa lo que representa. Es decir: el copetes es un buen pretexto para el enojo de intelectuales y de ciber ciudadanos de redes sociales, pero neto: ¿cómo se puede trascender eso? Olviden al AMLO, olviden a ENP, centremos nuestra atención en nosotros: aquí está el problema y también la solución. Lo dije una vez y lo vuelvo a repetir: en la vida personal como en la vida social, las transformaciones se construyen al día, con la suma de varios días se hacen semanas, meses, años para lograr una pequeña modificación en hábitos alimenticios o de ejercicio o de buenos pensamientos o de trabajo consistente. Y aquí (país, población, habitantes, ciudadanos) no veo mucha acción.
Entonces va de nuevo: ¿qué vamos a hacer para cambiar las cosas en un país cuyo cambio no cabe en las urnas?
Tal vez al final deba replantear la pregunta: ¿qué voy a hacer? ¿qué voy a seguir haciendo al día para generar el cambio que necesito en mi vida?

Nota 1. Contexto del Manual de Seguridad Universitaria 2021

Contexto.  La primera versión de Manual de Seguridad para Instituciones de Educación Superior se publicó en 2011 y la segunda versión salió...