De mi madre y de
mi abuelo, es seguro, debo tener una vena espiritual, y no tengan duda: la corte
hace muchos años. Ya saben: me gustan
los caminos largos.
La Vega, República Dominicana, agosto de 2012. |
Recordé esa
frase, porque hoy al mandar un correo con un documento que sintetiza el trabajo
de año y medio, no sólo mío, sino de dos personas más, me surgió la necesidad de
suplicar para que todo salga bien o más que bien.
Entonces: cerré los ojos, di clic en enviar y repetí “en nombre sea de Dios”.
Entonces: cerré los ojos, di clic en enviar y repetí “en nombre sea de Dios”.
Así pues, ya hice lo que me tocaba: hacer un trabajo impecable y no hablo de perfección, hablo de
impecable porque hice lo que tenía que hacer de acuerdo a mis capacidades y,
creo, hasta un poco más. Las chicas hicieron lo suyo. Los colaboradores
externos hicieron lo suyo.
Así que: “en nombre sea de Dios” y que todo vaya como tenga que ir.
Así que: “en nombre sea de Dios” y que todo vaya como tenga que ir.
Om
Amén