Es hermoso
observar cómo uno se simplifica las cosas a lo largo de la vida. Bueno, por lo
menos en la mía y en algunas cosas. Eso me da mucho contento.
Andanzas por La Ciudad, por algún lugar de Chapultepec, 24 de septiembre de 2011, |
Atrás quedaron
los años de abundancia de colores, texturas y estilos de pantalones, blusas y
hasta zapatos.
Aunque lo que es la verdad, nunca me ha gustado la innovación ni
la modernidad en la ropa, porque casi siempre me traen incomodidad. Conmigo no aplica el dicho ese de: "antes muerta que sencilla".
Nada de eso: la sencillez y la comodidad es lo mío.
Otra cuestión en esta sencillez, es que no me gusta invertir mucho tiempo en pensar que me voy a poner. Nada de eso. Eso no es para mí.
Cuando salí de mi
último trabajo de oficina: regalé todos los trajes, pantalones negros, blusas y
zapatos formales.
Me quedé con 2 ó
3 sacos (los más cómodos), por así algún día los necesitaba. Lo cual ocurrió.
Ahora tengo esos
mismos sacos, unas chaquetas más, muchos pantalones caqui, playeras y blusas
ligeras, y no podía faltar tengo 2 pares de botas del mismo estilo, unas negras
y otras café, el requisito es que me aguanten el paso en días de trajín por esta Ciudad.
Caray!! Cómo le
cambia la vida a uno o más bien debo decir: cómo cambia uno su vida.
Me gusta-Me gusta-Me gusta,
verdaderamente me gusta.