Con profunda admiración, respeto,
pero sobre todo agradecimiento a mi
Maestro Francisco Pantoja, Paco.
pero sobre todo agradecimiento a mi
Maestro Francisco Pantoja, Paco.
Lo siguiente se trata de contarles algunas de las
enseñanzas que tengo en mis clases de salsa. Como algunos de ustedes saben tengo
una gran pasión por el baile, el baile de la salsa y en los últimos meses he
tenido la grandiosa oportunidad de tener clases particulares con el maestro
Paco.
Con él aprendí pasos o
secuencias de pasos, pero sobre todo me enseña a: dejarme llevar, seguir el ritmo, no perder el paso, dar vueltas
super elaboradas y, aunque se escuche extraño, estoy aprendiendo a meditar con la salsa. Concentrarme en la mentada enchunfla y escucharla de él como si fuera un mantra:
enchunfla-enchunfla-enchunfa-enchunfla y
entonces concentrarme en hacer el movimiento armonioso entre mi pie, mi brazo y
mi cuerpo.
Pero debo hacer honor a la verdad: lo que más agradezco de
las clases con Paco es la paciencia y buen oficio para enseñar y hacerme
vencer algunos de los miedos que trae esta cabeza-corazón. Así, sin querer,
está mejorando la confianza en lo que soy. Y les cuento.
Paco aplica diversas técnicas en mi proceso de
enseñanza-aprendizaje jejeje!! Él sí tiene el oficio de ser maestro. Lo sé. Y
lo sé por su capacidad de observación y dedicación para atender las necesidades
especiales de cada uno de sus alumnos. Lo sé, por ser una alumna eterna y un
intento de maestra universitaria.
Para atender una carencias en mi práctica de baile, Paco me enseñó a bailar con los ojos cerrados wow!! wow!! No sé ni cómo
expresar las sensaciones antes, durante y después de esa práctica.
De inicio un ataque de risa nerviosa nomás de pensar que
voy a bailar sin mis cómplices los ojos.
Luego, al bajar mis parpados sobre la cuenca de mis ojos,
quedo en un estado de suspensión, así como si estuviera en el aire y, con
todo y eso, debo dar consistencia al movimiento de mi cuerpo bajo la guía
cuidadosa de unas manos.
Entonces sólo me dejo guiar por la energía y el movimiento
de esas manos. Ya supondrán que me viene otro ataque de risa, pero esta vez se debe
controlar porque no hay tiempo para distracciones y así como en la meditación,
viene un inmenso, pero sutil, estado de observación-consciente sobre una cosa, en este
caso, la relación de mí cuerpo con esas manos. Sin pensar ni siquiera a dónde me
llevan o qué hacen, sólo “observo” la energía y el movimiento para la ejecución
de vueltas y pasos de salsa.
La tercera fase, cuando termina la pieza y abro los ojos,
en ese momento, creo, que ya tengo dibujada una sonrisa menos nerviosa y más
relajada en mi rostro. Entonces veo la cara de mi maestro asintiendo con
aprobación: “Bien!”, “Bien!” y luego como buen maestro que es Paco, me dice:
— ¿cómo te sentiste? Creo que no he podido responder gran cosa, lo que sí
estoy segura que hago es entrar en otra fase de risa nerviosa.
Son muchas cosas las que ocurren en ese ejercicio de bailar
con los ojos cerrados, pero lo más importante es tener confianza. Confianza en
mí y más confianza en el otro. Un día me dijo: —“ya sé que en la vida real mandas
tu, pero aquí debes dejarte llevar”. Por supuesto, me dio un ataque de risa, pero
pensé un poco en eso y le di la razón.
Por eso, dejarse llevar, aunque sea en el baile, tiene
mucho significado para mi. No digo ser una controladora o una desconfiada,
nada de eso. No soy ni lo uno ni lo otro, ni con mi familia ni con la pareja ni
con compañeros de trabajo ni con los amigos. En ese sentido, más
bien soy desprendida, desapegada, dejada, relajada, relajada es la palabra que define mis relaciones personales.
El chiste de eso, es que en mis clases de salsa llevaba
años bailando sola y tenía “cierto” control de mi baile y renunciar a eso para
depositarlo en alguien más ha sido difícil, pero también muy hermoso, porque
entonces ya se nota una verdadera evolución en mi baile. No lo digo porque nomás yo lo sienta, no, por ejemplo ayer se me acerco un compañero de clase y me dijo — “ah!! ya la vi bailado en pareja!! Ya baila muy bien!! Eso es resultado
de la constancia!!” Felicidades!! Por supuesto me dibujó una gran sonrisa en
mi rostro.
Otra enseñanza de mis clases de salsa están impactando,
sin duda, en la conformación de mi autoestima, sobre todo aquella relacionada
con mi cuerpo. Mucho hizo y está haciendo el yoga por mi en ese sentido, pero
otra parte la estoy desarrollando acá.
Créanme eso es lo que me cuesta más trabajo. Llevo varias
clases intentando hacer un paso en el que ante la instrucción de patada,
agggggggg!! Me llega un estado de risa incontrolable por los nervios que ese
paso me provoca. Y es relativamente sencillo, pero no puedo ejecutarlo. Me dice
Paco con toda la paciencia del mundo: —“vamos a hacerlo juntAS”. Se pone junto a mi e
intentamos hacer el paso. Él lo ejecuta, pero yo no. Tengo la tarea de ensayar
el paso en casa y por supuesto no me acuerdo de hacerlo. Es seguro: mi inconsciente
me traiciona.
¿Por qué tanto ruido con un paso de baile? Debo decirles que ese paso involucra un movimiento “sexy”. Eso es
complicado, porque si recuerdan hasta hace unos años Angélica sólo se concebía
como cabeza (mente); luego a través del yoga aprendí que también era cuerpo y
espíritu; y, en los últimos años aprendí, estoy aprendiendo, que también soy un
ser sexual. Y aquí estoy.
Hay otras cosas que también están contribuyendo en la conformación
de mi ser integral, pero esas son más intimas y no se las voy a contar. Bueno
sólo sepan: tiene que ver con una gran e intensa querencia a ser humano. Él a
pesar de lo que dice de sí mismo: es un gran ser humano, por lo menos conmigo
jajaja!! Él también me está acompañando en esta evolución.
Bueno regresando al tema del baile. Paco está haciendo
hasta lo imposible por hacerme comprender, algo que ya sé, el baile es sensual.
Créanme que de principio lo sé, siempre lo he sabido. Lo sé no sólo por la
parte química, es decir la cantidad de endorfinas que te genera bailar. También
lo sé porque lo veo: he visto como a la luz de la cadencia musical los hombres
y las mujeres de Salsamania se enamoran y desamoran. Lo he visto.
Entonces sé que el baile invoca y evoca esa sensualidad
que todos traemos dentro. Lo sé, pero de eso, a hacerla tan explícita en un
paso de baile pues... pues... pues… todavía no puedo. Creo que todavía no estoy
preparada para reconocer públicamente que Angélica, es decir yo, soy un ser
sexual y también sensual.
Uy!! Qué fuerte!!!
Ya les contaré cuando pase al siguiente nivel, porque entonces
tendré dibujada una sonrisa sin nervios y sin miedo en mi rostro.
Hasta aquí…
Aquí les dejo dos enlaces donde se puede observar la evolución de ese baile.
- En estae les encargo a partir del minuto 40 en una chiqui rueda de casino Ruedita de casino con el Maestro Paco en el 16o Aniversario de Salsamania
- En este otro a partir del minuto 2:19 Clase de salsa con el Maestro Paco, por supuesto el de la cara más feliz es Paco.
Namaste… Desde el bienestar que dejan las clases de baile.
Angélica