- ah cómo pican!!
- agggg!! Qué apeste!!
- con razón estaban libres estos lugares, nadie se quería sentar aquí, hasta pica su olor.
Abrí la ventana para tomar aire "fresco". La muchacha de alado se tapaba discretamente la nariz con sus dedos y el señor de atrás me dice con gran sonrisa:
- No somos nosotros eh!! son esos wüeritos que ya se van. A usted nomás vi cómo le lloraban los ojitos por el olor.
Luego voltea y les dice a sus hijas:
- Niñas: siempre hay que bañarse.
Todos soltamos una carcajada y con ella la gran tensión que nos generó el mal olor de unos 10 turista que se bajaron en la Latino.