Dicen que desde ayer es primavera, yo no sé,
pero lo supongo, la humanidad tiene calendarios, pero al planeta le
vale y tiene razón, ya le hicimos mucho daño.
En fin, que a estas alturas del año y de mi vida, sólo sé que tengo fases y hoy, hoy, hoy, 21 de marzo del 2016 cerré una de las etapas más hermosas, prósperas, alegres, risueñas y amorosas de mi vida, y digo cerré –literal y en sentido figurado– porque hasta HOY tuve la energía para cambiar la combinación de la chapa de mi puerta, de esa llave que entregué con toda convicción para tener un espacio común para compartir vida y, que aunque pedí, nunca me la regresaron. Y digo "cerré" en sentido figurado, porque en realidad me cerraron, en fin... en fin... que eso tampoco importa, no por ahora, no ahora, lo significativo de eso es que con el simple acto de traer al cerrajero, cerré esa fase de mi vida. Y así, como la primavera, quedo a la espera de que lo mejor de mí florezca, después de tan triste invierno, ya les cuento en el verano cómo me fue, porque hoy estoy empollando pensamientos, emociones y proyectos que llevarán más de temporada en florecer, ya saben que soy lenta, pero no tengan pendiente que eso de incubar es altamente constructivo y amoroso, sobre todo sí es para mí.
Namaste.
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