domingo, 24 de julio de 2016

Extraño escribir...

Extraño escribir y no es que esta cabeza-corazón no tenga nada que compartir. Nada más alejado de la realidad, como siempre soy un manojo de emociones, pero desde hace unos meses “el trabajo” que no es “trabajo” me devora, me consume, me aniquila las ganas de escribir sobre las otras “cosas” y el viernes, hasta me di cuenta, que me aniquila las ganas de ir a bailar, así de cansada estoy. 
Y no dejo de escribir, siempre escribo, pero ahora hablo sobre seguridad, sobre violencia, sobre corrupción, pero sobre las otras cosas que dan sentido a mi vida: el baile, el yoga, la música, la lectura, las emociones, las caminatas, los viajes, los buenos amigos, sobre la felicidad, el dolor y la ausencia, nomás no hay el tiempo para escribir mis historias.
En serio extraño escribir, darme el tiempo para escribir y, peor, porque tengo una gran cantidad de emociones e historias que contar, y se me están acumulando en la cabeza y en el pecho. Se me están acumulando en alma. Extraño escribir esas historias, porque es una forma de verme a lo largo de los años y verme no en imágenes, verme en el corazón, verme en el alma, verme en los pensamientos y, así, ver de verdad. Las imágenes de mí cambian, pero las palabras no me permiten engañar, así soy yo, qué le vamos a hacer. 
Y es que cuando no es ese “trabajo” que no es "trabajo", tengo que estudiar, estoy estudiando mucho, ya saben soy autodidacta y hay un montón de cosas que necesito aprender.
Así, después de todo eso, no me quedan manos, ojos, cabeza para escribir, y lo que pasa es que todo se está acumulando en mi cabeza-corazón, así que esta semana, ya me daré un tiempo para escribir, sobre las "otras" cosas, sobre las cosas que a nadie le importan, jajajajajaja!!! Bueno... a decir verdad, las otras cosas que escribo, tampoco a nadie le importan... jajajajaja!!!
Las mujeres de ls cortinas, 20 de noviembre, Centro Histórico, julio de 2016. 

En fin… En fin que me acordé de esa necesidad de escribir porque leí algo re-bonito que les voy a compartir:
Los miles


“Mejor que mil palabras huecas,
una sola palabra que brinde paz.

Mejor que mil malos versos,
un solo verso que traiga paz.

Mejor que miles de frases insulsas,
una sola frase de la ley que dé la paz.

Es mejor conquistarse a sí mismo
que vencer a mil en mil batallas.

Al vencerse a uno mismo, uno gana:
nadie puede quitarnos la victoria.
ni los ángeles ni los demonios,
ni el cielo ni el infierno,
pueden volverla una derrota.

Mejor que cien años de ofrendas
es un momento de reverencia al hombre
que se ha conquistado a sí mismo.

Mejor que miles de sacrificios
y miles de oblaciones para ganar méritos,
mejor que guardar la llama sagrada
en el corazón del bosque por cien años.

Porque reverenciar a un hombre así,
a un viejo maestro, verdadero, impecable,
trae consigo cuatro cosas: más vida,
más belleza, más felicidad y más poder.

Mejor que cien años de juerga
es un día dedicado a la meditación.

Mejor que cien años de ignorancia
es un día de sabia reflexión.

Mejor que cien años de pereza
es un día de trabajo verdadero.

Vale más la visión del principio y el final
que cien años sin comprender lo que sucede.

Vale más ver un día de nuestra inmortalidad
que vivir cien años entre las tinieblas.

Vale más ese día que vimos el camino
que vivir toda una vida sin ver.

El Dharmmapada. El camino de la verdad. Versión de Alberto Blanco, FCE, pp. 67-68.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

aquí puedes dejar tus comentarios

Nota 1. Contexto del Manual de Seguridad Universitaria 2021

Contexto.  La primera versión de Manual de Seguridad para Instituciones de Educación Superior se publicó en 2011 y la segunda versión salió...