…
- Y usted qué estudio?
- De qué tengo cara?
- Pues como de Licenciada
en Informática o tal vez sea en Administración o algo de Negocios, aunque por su computadora tal vez sea Diseñadora o algo de Comunicación.
Con gran sonrisa, contento y orgullo le dije:
- Pues nada de eso: soy socióloga!!
El ingeniero-barista me dice con gran
sorpresa en sus ojos.
- Pues socióloga no parece.
Luego mirando hacia el infinito y como
invocando a su pasado, agrega:
- Yo tuve una novia
socióloga y era rara, muy RARA...!!
A mí me han dicho muchas veces RARA y en
diversas circunstancias, hasta mis sobrinas me dicen que por qué no soy una tía
normal, y por eso le pregunté:
- ¿pero
por qué era rara?
Despegué mis ojos de la compu para seguir
mirando sus recuerdos y escuchar su explicación de la “socióloga” & “rara”.
Y me dice, acentuando la voz y sonriendo con su boca y sus ojos:
- Era bonita, muy
bonita.
Se hizo un rato de silencio, porque yo seguía esperando la respuesta de por
qué era una “socióloga rara” y le volví a preguntar
- ¿pero
por qué dice que era una socióloga rara?
Y me vuelve a decir con mayor acento en sus
palabras y ahora añadiendo flexiones de cabeza.
- Era muy bonita. Era una
socióloga bonita, por eso era rara!!!
No pues…!!!, solté gran carcajada tratando de
comprender esa expresión de
“socióloga-rara-por-bonita”.
Me vinieron muchas cosas a la cabeza. Nada que en ese contexto pudiera precisar,
ni discutir, ni decir (no mal-piensen, estaba con apuraciones de trabajo), pero aquí sí les puedo decir:
LAS
MUJERES BONITAS, INTELIGENTES Y ADEMÁS SOCIÓLOGAS SÍ EXISTIMOS Y NO SOMOS RARAS. SOMOS UNA MAGNIFICA
SÍNTESIS DE INTELIGENCIA Y BELLEZA DEL XXI.
Tampoco digo que somos comunes y debo
reconocer que sí pasamos por seres raros, pero
no por bonitas, sino por nuestros procesos de pensamiento, trabajo, ideas y
cosmovisión del mundo.
Ya pues, fue una plática para despejarme un
poco en un día asoleado y de tanto trajín por esta ciudä.