Sobre mi amor que a veces tiene forma de mazapán.
Para el dueño de mis quincenas, claro... Sí las tuviera.
😜
Entonces les diré que mi amor no es de 24 horas, ni de 7 días a la semana, ni de semana inglesa, ni de fines de semana, ni de meses, ni de navidades, ni años nuevos. Debo decir que mi amor, no tiene tiempo ni espacio y así es como existe. Es cierto, mi amor se construye en cada ausencia y se consuma en cada encuentro.
Y va de nuevo, mi amor no se mide con tiempo y,
ahora que lo pienso, no recuerdo cuándo empezó y, cada vez, aparece y
parece como la primera vez.
Y lo he dicho infinidad de veces: mi amor no tiene
estatus, ni fórmula, ni apodo, ni marca social, lo que sí, es que
tiene un depositario.
Mi amor no nace del deber, más
bien se forja en cada sonrisa, cada paso, cada abrazo, cada gesto, cada
canción, cada baile, cada encuentro.
Mi amor no planea, descubre,
sorprende, aunque a veces, a veces, a veces… y muy desde dentro anhela.
Mi amor me inspira a construir,
proyectar y dar lo mejor de mí a través de una palabra, una canción, un abrazo
profundo y hundido, una camisa de cuadritos de colores, una gorra color
ladrillo, un mazapán en forma de corazón, una gran sonrisa desde dentro.
Descubrir este amor me hizo más fiel a mis principios de vida, a mis anhelos de bienestar, a mis ganas de estar-bien. Y, no duden, me hizo más fiel a mí y luego a todo lo demás.
Con este amor me inundo y me derramo los ojos de tanta alegría, gozo, retozo. Y me inundo y derramo, porque sino estoy segura que el corazón y el alma me estallarían de tanta alegría.
Con este amor aprendí a tener silencios prudentes-sensatos, pero más me ejercito en hablar, expresar, decir, mostrar, a dar todo este amor que traigo aquí dentro y que es lo que es: no sé si es mucho o es poco, pero sé que me alcanza para dibujarme una gran sonrisa cada vez que lo pienso, pero también para que no me duela ni sufra sí hay ausencias.
Este amor nomás de pensarlo, y ya no les digo de sentirlo, me inunda de alegría todito mi ser.
Ya
pues, no escribiré un poema para este amor, tampoco cantaré una canción, ni
bailaré un vals, ni compraré un globo, ni escribiré una carta. No hace falta,
porque aunque resulte raro, y lo diga poco, baste con decir: tengo un
gran amor y lo traigo aquí dentro.
((NOTA: Este texto es producto de una serie de reflexiones
pasajeras -no de efímeras-, sino de pasaje-pasaje, de ser pasajera en el
transporte público de la ciudad. Es en estos tiempos cuando tengo chance de
leer, anotar, meditar, reflexionar, mandar mensajes y a veces hasta escribir.
Un día tendré tiempo de dar forma a estas notas y escribiré un libro sobre… sobre…
Las cosas para compartir, así como el
amor, el trabajo, las historias de ciudad, las historias de vida, las historias
de dolor y otras cosas, y así… así… hasta que se termine un libro completito)).