viernes, 18 de octubre de 2013

De los bailes chidos y los pequeños incidentes...


No me quiero ir de este día sin decirles las ganas que tengo de escribir una ODA a las formas cómo los hombres te sacan a bailar, esos que no conoces y con los que no tienes ninguna relación más que el placer por el baile: la salsa.
No les digo de los bailes con mi chambelán, porque de esas sacadas a bailar basta una mirada o  a veces una frase bromista-burlona con inclinación de cabeza: “vamos… esas son las tuyas”. Obvio: son las cumbias y las salsas que más me divierten, me dibujan una sonrisa y me alientan a mover las entrañas.
Bueno… bueno… pero de eso no les quería hablar, es que ayer que fuimos a bailar Ángeles y su servilleta para celebrar su cumple, pero como otras veces, nos encontramos singulares personajes, seguro… seguro… como nosotras resultamos “unos singulares personales” y hasta nos lo dicen: "que si somos extranjeras", "que si nos vemos finitas” y hasta sacan sus mejores frases en inglés. Honor a la verdad esas frases se las han dicho a Ángeles.
Pero ayer uno de esos personales me dijo una de esas frases memorables:
“bailas chidö amigaaaaaa”
Cómo les explico, para empezar casi ninguno de los hombres con los que bailo me dirige la palabra, podría decir que como en la vida real, les impongo cabrón!! Porque además, estoy segura, parten del supuesto que NO SÉ BAILAR, les veo con la intención de como se dice acá “bailarme” y cuando se dan cuenta que sí sé bailar, entonces ejecutan sus mejores pasos y extrañamente me vuelven a sacar. En fin… que regresando a mi personaje:
Nuestro hombre en comento baila bien, digo… bien a secas, pero es de esos hombres que estiran los brazos espectacularmente hacia arriba para acabar una vuelta y así y así…, y entonces estaba vuelta-que-vuelta, pero también vi la PRODUCCIÓN de su vestimenta: pantalón de vestir azul marino, camisa azul cielo fuerte, anillos y cadena color plata, y lo mejor y verdaderamente especial: gafas oscuras onda Rigo Tovar.
El señor verdaderamente estaba inspirado, con esos pasos toreros y matadores, y en una de esas vueltas QUE LE TIRO LAS GAFAS… oh por D I O S!! Cuál sería su impacto ante mi accidental movimiento que se quedo inmóvil, hasta parece que sus gafas le daban el poder para moverse. Y qué creen: NO SE MOVIÓ!! Tuve que ir corriendo a recoger sus gafas y como seguía inmóvil, creo que hasta intente ponérselas jajajajajaja!!! Por supuesto estaba atacada de risa, pero contuve decorosamente la carcajada, pero ayer y hoy no he parado de reír al recordar la situación tan bochornosa para él.
De regreso a la mesa, me dice Ángeles “le pegué a alguien durante el baile”, pero mi compañero de baile tuvo la culpa y hasta le dije: "tu tuviste la culpa por darme la vuelta tan fuerte” y yo le dije “yo le tiré las gafas al señor”, y no parábamos de reír de nuestros accidentes y luego de comentar otras que nos pasan con baile. 
En fin que de "esas" otras cosas de bailes luego se las cuento y entonces les hablaré de la forma esos los bailarines te llevan a la pista y te dirigen la vida por unos minutos.
Uyff!! Erika también puede dar constancia de estos bailarines que hasta rompen la camisa ante los espectaculares movimientos que ejecutan durante una pieza de baile. Te acuerdas del Chinooooo… jajajajaja!!! En fin, en fin, en fin.
Y ya me puedo ir a dormir tranquila, ya tengo mi dosis de risa cubierta.

De cuando la boca cambia de lugar...


En estos días, semanas, he visto cosas increíbles, pero la de hoy, la de ese ratito, si es pa’ contar. Y es que sentadita en mi vagón del metro vi cómo una mujer fue capaz de llevar su boca, sus labios, sus ojos y creo que hasta su nariz hacia el extremo derecho de su rostro, casi puedo asegurar que su labios muerden su oreja. Toda su piel-arrugada-colgante fue capaz de organizarse para construir un INMENSO gesto de reprobación, malestar y, casi, desprecio ante la ignorancia de su anciana acompañante, quien no supo contestar qué metro les quedaba más cerca del lugar a dónde iba.
De los graffitis de aquí y de allá, éste en Xochimilco, 2013
La otra señora ante los permanentes desfiguros de su compañera sólo fue capaz de esforzarme una sonrisa por mi admiración y sorpresa.
Que bueno que traía mis lentes oscuros, porque estoy segura que nada hubiera impedido que mis ojos se salieran de sus cuencas.
Ya luego me viene pensando: ah!! Si yo llego a esa edad quiero que la piel de mis arrugas me alcance para dibuja una sonrisa de oreja a oreja.
Ya pues… que traigo otra historia que al rato les cuento, nomás dejen que mi espíritu termine de llegar. 

Nota 1. Contexto del Manual de Seguridad Universitaria 2021

Contexto.  La primera versión de Manual de Seguridad para Instituciones de Educación Superior se publicó en 2011 y la segunda versión salió...