Y la chica de cabello bicolor rubio con
raíces negras, posó su mirada sobre el joven señor o el señor joven, y fue tan
insistente y tan lasciva “esa” mirada que hasta a mi me lastimó y a él lo
obligo a cubrir su cuerpo con su mochila al frente, su lentes oscuros y su
audífonos que colocó nerviosamente en sus orejas.
Reflejos de nubes y cielo, julio 2014 |
Y lo vi y lo observé pacientemente en mi
butaca de RTP y es que si tienes el “privilegio” de ir sentada –estás protegida
de los empojes y jalones cotidianos de esas unidades de transporte– y, a veces,
puedes mirar las otras “miradas”, "esas" de las mujeres hacia los
hombres.
Y es la misma mirada de los hombres hacia
las mujeres... esa mirada que lastima y te deja
paralizada sin saber qué hacer.
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