martes, 29 de julio de 2014

De las danzas del baño y de las comidas ansiosas...


Hay escenas que he visto innumerables veces, pero ahora me significan más...


El mundo del revés, Centro Histórico, mayo 2014.
Hoy mientras leía y tomaba café en uno de esos lugares donde venden pan, entró un poli un tanto ansioso, tomó una gelatina, literalmente daba vueltas sobre su mismo eje para buscar las charolas de pan, cuando las encontró tomó cualquier pan y se acercó para pagar, pero seguía dando vueltas y ahora hasta brincaba nerviosamente buscando "algo".

Sí, sí, sí… era la danza del baño, esa que haces cuando ya “te anda” y está ocupado el baño. 
Y así el cajero lo miro y le dijo en voz queda: "a la vuelta hay un baño".

Yo ya no quise ni mirar, bajé la vista a mi "libro".

Luego regresó a pagar el pan y la gelatina, lo comió ansiosamente en la misma barra de pagar y salió corriendo mientras se atragantaba el pan y la gelatina. 
Es de esas hambres ansiosas, de esas que ya he visto que sacian los seres humanos con verdadera hambre.

Me daban ganas de invitarlo a mi mesa e invitarle una agua o un café, pero no me atreví, no me atreví... Los siento... pero son de esas veces que se te apachurra el pecho-corazón al ver la difícil vida de otras personas.

Y así, así, con la vida de estos seres humanos, servidores públicos. 
Y hasta pensé... bueno... y éste es de los polis que puede pagar una gelatina y un pan aquí, porque los hay, lo sé, que no les alcanza para eso.

Otro día me tope con otro poli que comía detrás de un puesto de tortas, agachado, ansioso, presuroso, nervioso, apenado... aggggg!! También se me apachurro el pecho-corazón. 

Comer, alimentarse, ir al baño, tomar agua, ... En nuestras vidas, por lo menos los que andamos escribiendo y leyendo éstas cosas, son básicas y fáciles, pero para ellos no. 
Siempre he pensando y lo digo:
 “imagínense lo que pasa por el organismo cuando no le damos alimento, seguro que todo se pone en alerta y el sistema nervioso se altera con cualquier cosa y así ante la menor provocación te irritas, por eso hay que comer a sus horas…". 

En fin…

En fin…

Que fueron de esos días que mi sentido de compasión, en la versión amplia de la palabra: estar atento a las necesidades de los demás, me llevan a reflexionar y así les pedimos a estos seres humanos que se mantenga activos, concentrados, en servicio, reactivos, preventivos… y así les pregunto: cómo así oiga… cómo así… si su calidad de vida es ésta.
En fin…
En fin…
En fin... que tampoco justifico los malos tratos y la corrupción... bla-bla-bla... esas historias que también conocemos, pero lo que les digo es que hay mucho por hacer... mucho... 
Y entonce estas palabras van con respeto, admiración y hasta cariño para los oficiales que si hacen su chamba y que lamentablemente "viven" y "trabajan" en estas condiciones. 

1 comentario:

  1. Así es amiga, hay tanto por empezara a aprehender y comprender desde el pensamiento y la empatía. Y entonces tendremos alguna posibilidad de iniciar el camino de la transformación. :)

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