miércoles, 29 de octubre de 2014

De las veces que quiero contar "cosas" sin decir...



Puessssss sí... ya saben (sin que les cuente...)
es pa'el dueño de mis quincenas... sí las tuviera!!!


Y a veces quiero decir tanto qué no sé por dónde empezar…
mmm!!
MMM!!
MMMM!!!
MMMMMMMM!!! ((es un mmmm!! Porque estoy respirando largo y profundo para ordenarme la cabeza-corazón)).

Entonces les digo que quiero decir mucho, porque en los últimos años acumulé muchas emociones y no sé por dónde empezar para expresar algunas, aunque viniendo de mi lo más natural es DAR GRACIAS, así que: 
 
GRACIAS a mi chambelán, al dueño de mis quincenas (claro… si las tuviera), al hombre que me da centro, aliento, fortaleza y alegría, más, a mi vida.
Sí, gracias al “hombre espanta gatos”!!!

El hombre-espanta-gatos
Mmm!! y es que quisiera contarles cosas sin decirles… uyfff!!

En fin… En fin… que les contaré sin decirles…

El “hombre espanta gatos” es inteligente (es una mente brillante y eso fue lo primero que le “vi”), es alegre, burlón, risueño, solidario, “amoroso” (a su modo), respetuoso, franco, bailarín y come-pan.

Con el hombre espanta gatos no hay promesas, ni juramentos de presencias, ni de querencias, ni de amor, menos de amor eterno. Lo más significativo, lo más comprometedor, que nos hemos dicho el uno al otro y eso fue hace bien poco:
Yo:
- Un día vamos a tener un gato.
Hombre espanta gatos:
- Pero que sea un gato montes.

El “hombre espanta gatos” es el único que tiene duplicado de las llaves de mi casa y también de las de mi corazón, pero como alguien me dijo: “esas llaves no tienen duplicado, son originales”. Así, él es el único que tiene las llaves de mi corazón.

Sabë… sabë... pero nos hemos encontrado en algunas cosas... cosas… simples cosas:
  • la lectura,
  • la música,
  • el silencio,
  • las caminatas,
  • la comida,
  • la bebida,
  • los viajes (los suyos, los míos  y los nuestros),
  • la fotografía (la suya, la más profesional; la mía, obvio, de eterna aficionada),
  • la ciencia (la suya, muy la suya; y la mía, la social),
  • el trabajo (el suyo y el mío), 
  • el cultivo de la mente (cada quien a su modo, pero tenemos salud mental y emocional),
  • el cultivo del cuerpo (en buena onda… digo… por salud, la suya y la mía),
  • el baile (nuestra salsa y mis cumbias) y así un día nos gustó la misma canción y tuvimos 1 canción para bailar; luego nos gustó otra y teníamos 2 canciones; y ahora dice que “pa’ qué tenemos 1 ó 2, sí podemos tener 80”.
Y así las cosas, que tal vez tenemos todo y así no tenemos nada, y así cada tanto practico el desapego a nos, a él y a mí con él, y se silencia la música, y no hay pasos de baile, y no hay experiencias de comida y cada quien anda por su propio camino.

Nunca y siempre son palabras que no están en nuestro vocabulario. Tal vez les suene aburrido, pero perdón, tampoco, es una palabra común. Yo desaprendí esa palabra y tengo muchos porqués, principalmente porque no hay motivos para pronunciarla.

En fin... que otro día… otro día… En otro momento… En otro instante de lucidez de la cabeza-corazón les contaré otras historias sin decirles para que sepan lo feliz que soy cuando voy de su mano, porque un día me atreví a sujetar su mano y eso fue lo más osado que había hecho en mi vida y no he querido soltarme.

Y ya pues... 
Y ya pues... que al final ya dije mucho contando...

((Y con mi fe, que ya saben que es limitada, nomás le pido a Dios que lo guarde. Esa es la plegaria más grande y más fuerte que conozco: que Dios lo guarde muchos años con la misma fuerza, inteligencia, bondad, paciencia, sabiduría, alegría que él tiene para que me siga espantando los gatos cuando juego con ellos)).

domingo, 26 de octubre de 2014

Citas


Y así, para completar la historia de un cuento te aparece un poema. Esa Alice Monro me gusta... me gusta...
cempasúchitl, octubre 2014, Xochimilco

" No hay pesar
que el tiempo no cure, 
pérdida ni traición
irremediable.  
...
Mira, brilla el sol,
pasado el aguacero;
las flores lucen su belleza,
¡qué hermoso día!
Que el amor y el deber
no te inquieten.
Los amigos largo tiempo olvidados 
quizá te esperen allí donde
vida y muerte
todo igualan. 
Nadie largo tiempo te llorará, 
por ti rezará, te extrañará. 
Tu lugar ha quedado libre, 
tú ya no estás."

Monro, Alice. Demasiada Felicidad

martes, 14 de octubre de 2014

De las Berdaderas y Onestas faltaZ de Hortógrafia

Mirada de énfasis y un 


"Y tan decente que se veía, hasta traje y corbata usaba..."  (R.)

Eso ante un correo en el que se podían encontrar, en cada renglón, por lo menos tres faltas de ortografía. No eran dedazos, eran verdaderas y honestas faltas de ortografía!! 
Yo lo reenvié, porque era de trabajo y así tenía que ser, pero advertí sobre el dolor ocular que podía provocar tal lectura.

[De las historias que a nadie le interesan, pero que a nosotros nos divierten y, por lo menos, nos arrancan una carcajada para sobrellevar la parte amarga de nuestro trabajo]

viernes, 3 de octubre de 2014

De los nudos en la garganta...

Hay días que traigo un nudo en la garganta por tantas emociones. 

HOY es uno de esos días, pero hoy a diferencia de los otros, es por buenas emociones. 
Huasca de Ocampo, Hgo, septiembre 2014.

Lo acepto, lo acepto, eso que ustedes ya lo saben, soy absolutamente conmovible por las cosas que "pasan" en mi vida.
Hoy por UNA larga charla con jóvenes creativos, creadores y convencidos de su trabajo... 

De verdad me vitaliza y anima el ser y el alma.

Ah!! Ah!!! El universo hace lo suyo, que los seres humanos --obvio yo en primer lugar-- no hagamos burradas para desperdiciar tan magníficas oportunidades que nos ofrece para hacer, crecer y ser... ser... tan sólo ser, ya no digo ni ser mejores, SÓLO SER!! 
Gracias Del. 
Gracias Javy. 
Gracias Lupita. 
Estoy lista para otra reunión con el emperador... Jajajajajajaja!!! No-cierto... No-cierto!! 

jueves, 2 de octubre de 2014

De las otras borracheras

Hace unos días me levanté con unas ganas inmensas de escribir y resultó un poco frustrante porque es de esos días que tengo que andar en todas partes y en ninguna. Es de esos días que trabajo mucho, pero, en sí, no hago nada. En fin… en fin… que eso no es lo que quería contarles.
Ese día andaba bien emocionada con terminar mi libro de momento, así que cuando tomé el tren y me pude sentar clavé la mirada en mi libro e iba en esas cuando de repente escuché a un hombre susurrar no sé qué cosas, pero yo necia con mi lectura, no dejé que el ambiente-de-tren-ligero-atascado me privara de mis minutos de lectura.
El Godínez-del-Sur 
Y así seguí con la lectura unas cuantas estaciones, hasta que el hombre-susurrante que iba en medio del pasillo dio un salto y se plantó casi frente a mi. Nomás miré de reojo para corroborar que no estuviera tan cerca de mi.
Seguí con mi lectura, pero el hombre seguía susurrando “cosas”, hasta que de manera muy clara le dijo al señor que estaba frente de mi, en el asiento individual, ¡¡Es Liliana Lago?? Y señaló con la mirada la página de su periódico de esos de 5 pesos que venden a la entrada del metro y donde salen señoritas con muchas bolas y poca ropa.
Y con eso sí logró sacarme de mi lectura. Volteé a ver al hombre-susurrante. Lo observe de pies a cabeza, en ese orden, y lo primero que pensé: “este hombre está borracho”. Después miré al Sr. Godínez-del-Sur, que después del comentario cambió la página, torció la boca y los ojos para hacer evidente su molestia ante la pregunta del hombre-susurrante… y hasta puedo decirles que el Sr. Godínez-del-Sur buscaba mi aprobación para la reprobación por la pregunta. No debo omitir: no obtuvo respuesta.  
En fin que me quedé unos minutos con mi libro abierto para retomar mi lectura en cualquier momento, pero la actitud de los hombres me distrajo al grado de abandonarla.
Después de un rato de mirar al hombre-susurrante me di cuenta que no estaba borracho, no por lo menos de alcohol, créanme que esa condición la percibo con más o menos facilidad. Lo que si les puedo decir, es que estaba borracho de sueño. Su cara, sus ojeras grises, profundas y marcadas, su piel seca, su cabello graso, su movimientos de cabeza y sus ganas de conversar lo delataban. No sé si iba drogado, yo creo que no: no tenía ojos dilatados ni rojos ni blancos de fondo, pero como de esa sintomatología no conozco, mejor ya ni digo.
Su comportamiento era de un hombre excesivamente cansado con ganas de dormir haciendo un esfuerzo sobrehumano para mantenerse en pie y despierto. Y así, intentaba conversar con la gente, pensó que aquel hombre era un buen candidato. Unas dos o tres estaciones adelante volvió a dar un brinco para alcanzar un asiento detrás de mi y ofreció el paso a una señora… cómo les dicen ahora… adulta mayor… adulta en plenitud… o lo que es lo mismo una viejita y con ella empezó a platicar. Su conversación era sobre el clima y lo lleno que iba el tren, no era errática ni nada parecido.
Luego un señor le preguntó por una dirección y el hombre-borracho-de-sueño hasta tuvo la calma de preguntarle qué trámite iba a hacer, y le corroboró que en efecto ese era el lugar para realizarlo.
Y así, el-hombre-borracho-de-sueño puso su petaca encima de sus piernas y, ahora, sacudía la cabeza para no adormilar el cuerpo.
Lo identifiqué perfecto desde que lo miré de los pies a la cabeza, era un oficial de policía, ya iba de civil, pero los zapatos, el pantalón, la maleta y la borrachera de sueño lo delataban.
He visto muchos oficiales así, los he visto en servicio, lo he visto en capacitación, los he visto en mis trayectos por el transporte público. Los he visto ir a meter la cabeza en agua helada para mantenerse en pie. Los he visto tomar un café con 5 sobres de azúcar. Los he visto dormir parados. Los he visto comer a escondidas. Los he visto con los ojos quebrados y la mandíbula trabada cuando los insultan. Lo he visto.
Este hombre-borracho-de-sueño estoy casi segura venía de cubrir un doble turno, de eso que normales son 24 por 48 y que para él seguro se convirtió en 48 por 24. Y así con la vida de esos seres humanos que andan buscando platica con los señores Godínez-del-Sur.
Y no omito señalar, que otra vez, mi “sorpresa” por la escena me limitó la “intención” de ofrecer mi asiento y mi botella de agua, pero ya me estoy preparando para saber actuar ante esas situaciones.
En fin… que ya por lo menos pude escribir unas líneas, de las tantas-tantas-tantas… que traigo en la cabeza-corazón. 

Nota 1. Contexto del Manual de Seguridad Universitaria 2021

Contexto.  La primera versión de Manual de Seguridad para Instituciones de Educación Superior se publicó en 2011 y la segunda versión salió...