<<¿No sabes lo que un marido se merece?» Para evitar estériles controversias sobre las respuestas correctas a esas preguntas, permítaseme decir que, en opinión de mi madre, un marido merecía una lealtad incondicional y un amor total y sin reservas. Pero había una dificultad: Amina, con la mente obstruida por Nadir Khan y el insomnio, descubrió que no podía proporcionar a Ahmed Sinai, de forma natural, esas cosas. Y por ello, poniendo a contribución su don de diligencia, comenzó a entrenarse para amarlo. Para ello, lo dividió, mentalmente, en cada una de sus partes componentes, tanto físicas como de conducta, compartimentándolo en labios y tics verbales y prejuicios y gustos... en pocas palabras, quedó bajo el embrujo de la sábana perforada de sus propios padres, porque resolvió enamorarse de su marido pedazo a pedazo.>>
Rushdie, Salman. "Hijos de la medianoche"
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