viernes, 23 de diciembre de 2011

De las verdaderas buenas intenciones...

Y cuando un cree que lo peor le está pasando a uno —tener una gripilla, estar trabajando, hacer trabajar a la gente, no estar con tus seres queridos y no estar de vacaciones—, pues resulta que no!! La vida siempre es así conmigo y me da lecciones de prudencia, sensatez y agradecimiento.
Ayer en la noche me hablo una amadísima amiga para avisarme que hoy en la mañana la operaban de unos tumores. Así nomas!! Me dejo sin aliento y en silencio. Ella es fuerte, no hubo queja, sólo me dijo: “te llamo para avisarte, porque si no lo hago te vas a enojar”. Caray y hasta en este momento su compasión es tan infinita, pensando en mí, en que me iba a enojar si no me avisaba, lo cual es cierto, jaaa!!
En fin, que hoy en vez de desperdiciar mis pensamientos en “creer” que soy la que la está pasando peor, mejor los dedico a desear que esté bien, que lo demás, ya sé, está en manos de Dios.
Sor Beatriz, esa mera..!!! así de ella..!!
Así, que en estos días de buenas compañías, de buenos deseos, de buenas intenciones y de todo bueno, les pido que le dedique una pizca de sus pensamientos para que ella, Sor Beatriz A., esté bien.
Por lo otro, lo mío, por lo que tengo hoy, doy gracias, porque sé que el resto de mis seres amados están bien, están sanos, así que lo demás, el trabajo, la distancia, la solitariedad, la gripe, el cansancio ya pasarán, ya pasarán.
Que estén bien y a todos felices fiestas. 
Ah!! aquí está algo de lo que ella hace: 

jueves, 22 de diciembre de 2011

Del arte de amar

Ayer contaba a Rossio y a Gaby de un buen amor e imagínense qué cara y qué voz tendría que rápidamente Rossio saca de su bolsa un librito de Octavio Paz y me invita a leer el siguiente poema, así que aquí se los dejo.

CARTA DE CREENCIA CANTANTA

[…]
            3
Amor, isla sin horas,
isla rodeada de tiempo,
                                            claridad
sitiada de noche.
                                Caer
es regresar,
                        caer es subir.
Amar es tener ojos en las yemas,
palpar el nudo en que se anudan
quietud y movimiento.
                                          El arte de amar
¿es arte de morir?
                                  Amar
es morir y revivir y remorir:
es la vivacidad.
                            Te quiero
porque yo soy mortal
y tú lo eres.
                        El placer hiere,
la herida florece.
En el jardín de las caricias
corté la flor de sangre
para adornar tu pelo.
La flor se volvió palabra.
La palabra arde en mi memoria.

Amor:
              reconciliación con el Gran todo
y con los otros,
                              los diminutos todos
innumerables.
                            Volver al día del comienzo.
Al día de hoy.

La tarde se ha ido a pique.
Lámparas y reflectores
perforan la noche.
                                  Yo escribo:
hablo contigo:
                            hablo conmigo.
Con palabras de agua, llama, aire y tierra
inventamos el jardín de las miradas.
Miranda y Fernand se miran,
interminablemente, en los ojos
—hasta petrificarse.
                                      Una manera de morir
como las otras.
                              En la altura
las constelaciones escriben siempre
la misma palabra;
                                  nosotros,
aquí abajo, escribimos
nuestros nombres mortales.
                                                    La pareja
es pareja porque no tiene Edén.
Somos los expulsados del Jardín,
estamos condenados a inventarlo
y cultivar sus flores delirantes,
joyas vivas que cortamos
para adornar un cuello.
                                            Estamos condenados
a dejar el Jardín:
                                delante de nosotros
está el mundo.

                                  Coda
Tal vez amar es aprender
a caminar por este mundo.
Aprender a quedarnos quietos
como el tilo y la encina de la fábula.
Aprender a mirar.
Tu mirada es sembradora.
Plantó un árbol.
                              Yo hablo
porque tú meces los follajes.

Octavio Paz
http://www.poesi.as/op17058.htm
           

miércoles, 14 de diciembre de 2011

De las búsquedas obligadas


De las andanzas por el Centro Histórico,
noviembre 2011
Conducirse con verdad, dicen, es la más alta regla de conducta y de moralidad, según la cual los pensamientos de verdad se convierten en acciones verdaderas, así “si la mente tiene pensamientos de verdad, si la lengua expresa palabras de verdad, y si la vida entera está basada en la verdad, entonces uno se halla preparado para la unión con el Infinito.”* Es el satya, que dicen los maestros, es la perfecta veracidad de pensamiento, palabra y obra.
Y así me quedo con esto que dicen que dijo Mahatma Gandhi: “La Verdad es Dios y Dios es la Verdad”.
Buen trabajo hay por hacer al día.


Nota:B.K.S. Iyengar, Luz sobre el Yoga. Yoga Dipika. Barcelona, Kairós, p. 38.

viernes, 9 de diciembre de 2011

La última oportunidad

Manglares San José, Pijijiapan,
Chiapas, diciembre 2010

31 de diciembre de 2010
Pijijiapan, Chiapas
04 de enero de 2010
Tlalnepantla, México
[[Esta historia me gusta mucho y se las comparto de nuevo,
además ya va a tener un año de eso]]

jueves, 8 de diciembre de 2011

Más del arte de callar

Y fue a través del libro Del sexo de los filósofos de Armando González, entrenado y sabio lector y escritor, que llegué a la lectura El Arte de Callar del Abate Dinouart.
Armando, también, me trajo otros libros, que ya les comparto después, y sin duda me queda un gran volumen de lecturas por hacer, de manera particular, sobre estos temas, que he descubierto, me causan gran pasión.
Por ahora, les dejo una parte sustantiva de El Arte de Callar, librito de 120 páginas, con un contenido que exige atención, reflexión y, en ocasiones, pide callar para meditar sobre sus palabras.
En el capítulo I describe de manera sintética y clarísima los Principios necesarios para callar, así que no digo más y aquí se los dejo.

Principios necesarios para callar
De los silencios obligados y desesperados.
El pescador, Islas del Rosario,
Cartagena de Indias, Colombia
  1. Sólo se debe dejar de callar cuando se tiene algo que decir más valioso que el silencio.
  2. Hay un tiempo para callar, igual que hay un tiempo para hablar.
  3. El tiempo de callar debe ser el primero cronológicamente; y nunca se sabrá hablar bien, si antes no se ha aprendido a callar.
  4. No hay menos debilidad o imprudencia en callar cuando uno está obligado a hablar que ligereza e indiscreción en hablar cuando se debe callar.
  5. Es cierto que, en líneas generales, se arriesga menos callando que hablando.
  6. El hombre nunca es más dueño de sí que en el silencio: cuando habla padece, por así decir, derramarse y disiparse por el discurso, de forma que pertenece menos a sí mismo que a los demás.
  7. Cuando se tiene algo importante que decir, debe prestársele una atención particular: hay que decírsela a uno mismo, y, tras esta precaución, repetírsela, no vaya a ser que haya motivo para arrepentirse cuando uno ya no sea dueño de retener lo que ha declarado.
  8. Si se trata de guardar un secreto, nunca calla uno bastante; el silencio es entonces una de esas cosas en las que de ordinario no hay exceso que temer.
  9. La reserva necesaria para guardar bien el silencio en la conducta ordinaria de la vida no es una virtud menor que la habilidad y el cuidado en el hablar bien; y no hay más mérito en explicar lo que uno sabe que en callar bien sobre lo que se ignora. A veces el silencio del prudente vale más que el razonamiento del filósofo; el silencio del primero es una lección para los impertinentes y una corrección para los culpables.
  10. A veces el silencio hace las veces de sabiduría en un hombre limitado, y de capacidad en un ignorante.
  11. Por naturaleza nos inclinamos a creer que un hombre que habla muy poco no es un gran genio, y que otro que habla demasiado es un hombre aturdido o un loco.
  12. Es propio de un hombre valiente hablar poco y realizar grandes hechos. Es de un hombre de sentido común hablar poco y decir siempre cosas razonables.
  13. Por más inclinación que tengamos al silencio, siempre hay que desconfiar de uno mismo; y, si tuviésemos demasiado deseo de decir algo, a menudo eso mismo sería motivo suficiente para decidirse a no decirlo.
  14. El silencio es necesario en muchas ocasiones, pero siempre hay que ser sincero; se puede retener algunos pensamientos, pero no debe disfrazarse ninguno. Hay formas de callar sin cerrar el corazón; de ser discreto, sin ser sombrío y taciturno; de ocultar algunas verdades, sin cubrirlas de mentiras.
Fuente:
Abate Dinoaurt, El arte de callar, pp. 51-53.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Para entonces

Quiero morir cuando decline el día,
En alta mar y con la cara al cielo;
Donde parezca sueño la agonía,
Y el alma, un ave que remonta el vuelo.

No escuchar en los últimos instantes,
Ya con el cielo y con el mar a solas,
Más voces ni plegarias sollozantes
Que el majestuoso tumbo de las olas.

Morir cuando la luz, triste, retira
Sus áureas redes de la onda verde,
Y ser como ese sol que lento expira:
Algo muy luminoso que se pierde.

Morir, y joven: antes que destruya
El tiempo aleve la gentil corona;
Cuando la vida dice aún: soy tuya,
Aunque sepamos bien que nos traiciona.

                                                  Manuel Gutiérrez Najera

Sobre el amor...

Les comparto una cita, que además de arrancarme una risa, me deja en qué pensar, ya me dicen que les provocan:
 “El amor más intenso es el amor no correspondido… no hay nada peor que amar a alguien que no te ama, y al mismo tiempo se trata de lo más hermoso que jamás me ha ocurrido. Amar a alguien que también te ama es narcicismo. Amar a alguien que no te ama, eso es amor.”
Fuente: Beigbeder, Frédéric. El amor dura tres años. p. 57

El secreto de la felicidad

De las buenas citas... de los textos de Armando González:
’El secreto de la felicidad es éste: que tus intereses sean lo más amplios posibles y que tus reacciones hacia cosas y personas interesantes sean amistosas en vez de hostiles’. De modo que un hombre feliz muestra una pasión variada por diversas cosas; goza y profesa, sin miedo a cultivarlos o expresarlos, afectos que aumentan la confianza en sí mismo; tiene vocación para, que por medio de la formación no represiva de una familia, unirse a la gran corriente de la vida; disfruta y valora su trabajo; mantiene intereses impersonales, desinteresados y poco prácticos, que le ayudan a distraerse, refrescarse y guardar el sentido de la proporción y, finalmente, muestra resignación, prudencia, carácter o humor ante las grandes desgracias y pequeños incidentes. Es suma, para ser feliz el hombre debe salir de sí mismo, admitir su pequeñez y, en esta admisión, encontrar su grandeza. En fin, sin ilusiones excesivas sobre la bondad o capacidad de perfeccionamiento del género humano, con un estilo cáustico y una inteligencia escéptica y práctica a la vez, …
̶  González, Armando “Bertrand Russell: autoayuda de altura”,
Del sexo de los filósofos
. pp. 71-72
[No puedo dejar de decirlo: es un excelente libro!!]]

Para comunicarse en silencio... El arte de callar

Interesante clasificación de los silencios, ahora sí tendremos más elementos para responder a esto de "interpreta mi silencio".
Hay un silencio prudente y otro artificioso, un silencio de humor y de capricho, los hay complacientes y uno más burlón, también los hay inteligentes y estúpidos, otros más aprobatorios y de desprecio o aquel que se dice político aquí adelante encontrarán sus características y el tipo de personalidades que los practican. 
Les comparto que no pude evitar leer la característica y la personalidad de cada tipo de silencio y traer a mi mente a ciertos seres humanos y al final me los volví a leer para identificarme, pero ya me cuentan como les va con la lectura.

Silencio prudente 
Sabe callar oportunamente:
  • Según el momento y los lugares en los que nos encontramos en la sociedad o
  • Según la consideración que le debamos tener a las personas con quienes tratamos y vivimos.
Conviene a las personas dotadas de buen espíritu, de sentido recto y capaces de distinguir con exactitud las coyunturas que obligan a callar o hablar.

Silencio artificioso
Es cuando uno calla solamente para sorprender:
  • Para desconcertar a quienes nos declaran sus sentimientos sin darles a conocer los nuestros, o
  • Para responder con engaños aprovechando lo que hemos oído y observado.
Va bien a los espíritus menguados, a las gentes desconfiadas, vengativas o que se dedican a sorprender a los demás.

Silencio complaciente
Consiste en escuchar sin contradecir a quienes se trata de agradar y se les da muestras de placer ante su conversación o su conducta. Así, nuestras miradas y gestos suplen la falta de palabra para aplaudirles.
Les va a los de humor suave, fácil y acomodaticio.

Silencio burlón
Es una reserva maliciosa para no interrumpir las cosas carentes de sentido o de consideración (tonterías que oímos o que vemos hacer) y se goza en secreto haciendo creer a las víctimas que se les aprueba o admira.
Quienes gustan de reírse de todo aman, también, el placer del silencio burlón.

Silencio inteligente
Es cuando el rostro de una persona no dice nada, pero aún así se percibe un talento abierto, agradable, animado e idóneo para reflejar, sin la ayuda de la palabra, los sentimientos que se quieren dar a conocer.
Sólo subsiste con pasiones vivas, que producen efectos sensibles en el exterior y que se muestran en el rostro de quienes están animados por ellas. La alegría, el amor, la cólera y la esperanza causan impresión gracias al silencio que los acompaña, más que mediante inútiles palabras que sólo sirven para debilitarlos.

Silencio estúpido
Es cuando está inmóvil la lengua e insensible el espíritu y la persona parece abismada en una profunda taciturnidad que no significa nada.
Este es patrimonio de los espíritus débiles e imbéciles.

Silencio aprobatorio
Es el consentimiento que uno da a lo que ve y oye, bien prestando una atención favorable o poniendo de relieve los atribuimos mediante algunos signos externos.
Supone un juicio seguro y un gran discernimiento para aprobar sólo aquello que merece serlo.

Silencio de desprecio
Implica no dignarse a responder a quienes nos hablan o aquellos que esperan una opinión sobre un tema y se mira con frialdad y orgullo.
Es producto del orgullo y del amor propio, que lleva a los hombres de carácter a pensar que nada merece un momento de su atención.

Silencio de humor
Corresponde al hombre cuyas pasiones sólo se animan según la disposición o la agitación del humor que le dominan; así cualquier cosa, sin importar de qué se trate, puede parecerle bien o mal y sólo abre la boca para decir cosas desatentas o fuera de lugar.

Silencio político
Es el de un hombre prudente que se reserva y se comporta con circunspección, que jamás se abre del todo,  que no dice todo lo que piensa,  que no siempre explica su conducta y sus designios, que sin traicionar su derecho a la verdad no siempre responde claramente para no dejarse descubrir.
Fuente:
― Abate Dinouart, El arte de callar, Ed. Siruela,  p. 55-61

lunes, 5 de diciembre de 2011

El profundo camino del yoga

 Con profundo agradecimiento a mis maestros
en el camino del yoga: los pasados, los presentes y hasta los futuros

El fin de semana tuve la fortuna de irme de retiro, que no de retirada, y  entonces aprendí(mos) cosas elementales sobre EL yoga y LA hatha yoga, y entonces nomás de pensarlo me dibujo una sonrisa irónica en mi cara… ah!! ahhhhh!!! —gran suspiro!!!— Porque cuando uno cree que ya avanzó un poquito, pues nada que estás en pañales, esa es la verdad!!!

Lo más impactante es que ni siquiera estoy pensando en un nivel de yoga ni en un tema en particular sobre yoga ni en una asana (postura); pienso en el “avance” en términos del desarrollo que uno “piensa” que tiene en su “práctica de yoga”; y zas que nada… que te falta harto-harto y es tan poco lo que sé y hago; y zas que falta tanto y es tan grande el universo de cosas por aprender; y zas que es tan largo el camino del bien-estar, que lo único que aprecio es saber que ya he empezado!!!


Shashi Dhar Dimri,
maestro de filosofía 
Shashi Dhar Dimri  es uno de esos maestros que emanan, derraman, proyectan, sólo con su presencia, sus enseñanzas. Es un buen ejemplo de yoga, unión, en este caso unión entre: lo que es como maestro (enseña), es como ser humano y hace fuera de clase. Es un gurú de esos que se leen en los textos sagrados del yoga.


No puedo decir mucho, porque es tan difícil de explicar, esta es de las veces que las palabras no me alcanzan. Sólo creo que a Shashi, como otros maestros, sólo estando en su clase, uno puede comprender como su enorme y magnífica sabiduría puede ser tan amable, cálida, humilde y clara.



Entonces al final sólo puedo citar un diálogo que armamos entre de varias compañeras del retiro, mismo que repetiremos en adelante, cuando la gente nos pregunten sobre nuestra practica de yoga:


   ¿Qué tipo de yoga practicas?

   No hago yoga, sólo hago asanas! 

… Y además las hago mal, porque sudo! 

   Y en qué nivel vas?

   En el 1... ;)

   Y de cuántos?

   De 100 


Así de inmenso y maravilloso es el camino del yoga…!!! :D


El camino de yoga es infinito y me falta tanto-tantísimo por aprender, que más vale hacer una inhalación profunda, así como dice Shashi: profunda no de fuerte, sino de larga, amplia (extensa-expansiva), pero suave, muy suave y que nadie escuche lo profunda que es!!!

Nota 1. Contexto del Manual de Seguridad Universitaria 2021

Contexto.  La primera versión de Manual de Seguridad para Instituciones de Educación Superior se publicó en 2011 y la segunda versión salió...