domingo, 24 de junio de 2012

De las fuentes de verdad y de otras cosas

De las citas con el libro del momento.


"... Las penurias de ayer hacen más valiosos los placeres accesibles de hoy, y cualquier descarga, cualquier alivio, se convierte en pura felicidad. Es como mear a gusto después de haber tenido que aguantarse mucho tiempo. Y qué bien saben los alimentos cuando uno ha soportado el hambre."
 [ Covadlo, Lázaro (2004). Criaturas de la noche. Barcelona, Acantilado, p. 102 ]



"Es un misterio cómo las personas pueden prendarse unas de otras y cómo, al cabo de una temporada, el apego se convierte en indiferencia o rechazo, pero así son las cosas, se decía, y este hombre que tengo ante mis ojos y al que un día rechacé, ahora vuelve a parecerme atractivo. ¡Ojo!, atractivo tan sólo, lo cual no significa que me cautive ni mucho ni menos, aunque sí me intriga". 
[ Covadlo, Lázaro (2004). Criaturas de la noche. Barcelona, Acantilado, pp. 49-50. ]


"Los humanos pretenden saber de sus congéneres por las palabras que éstos emiten, por sus opiniones; por el aspecto del otro; por sus acciones. Todas esas apariencias son mera falsedad. Hombres y mujeres mienten por medio de palabras, acciones y apariencias. Fingen, siempre están fingiendo. Fingen incluso ante ellos mismos. Fingen ante sus padres y sus hermanos. Fingen ante sus hijos y sus amantes. Mienten y se mienten todo el tiempo. Sólo los humores son verdaderos. Las secesiones siempre dicen la verdad, en ellas no hay trampa. Es imposible simular una secreción. La transpiración es a veces generosa, sí, lo es. Fluye abundante por el esfuerzo o el calor, pero otras veces es exigua." 
[ Covadlo, Lázaro (2004). Criaturas de la noche. Barcelona, Acantilado, pp. 55-56 ]

viernes, 15 de junio de 2012

De los diálogos de primera fila


Hoy me dieron ganas de llorar y lloré, y les cuento. 

Una joven insultaba hiriente, feroz y brutalmente a “alguien”. Al principio no entendía, tenía mi vista, mis oídos, mis sentidos puestos en mi lectura.
Seguía aturdida, escuché los gritos muy cerca de mí, pero seguía sin comprender qué pasaba. La chica que estaba a un asiento de mí, parada sobre el pasillo, gritaba feroz y burlonamente: “vieja”, “arrugada”, “ruca”, “enferma”, “diabética”…. Ya ni sé cuántas cosas más. 
La joven de unos 20 años iba acompañada de su madre, quien tímida y suavemente le susurraba: “ya déjala… está vieja”, “ya déjala… se va a sentir mal”.
Pero yo seguía sin entender, apenas estaba saliendo de mi mundito, no tengan duda: mi cerebro estaba tratado de “observar” la película completa de tan desagradable historia, parte de mi aprendizaje y comprensión de las cosas es estructurado qué le vamos a hacer. 
Fueron apenas unos minutos, pero se respiraba un aire de impotencia y frustración de muchos de los pasajeros, pero vergonzosamente, ninguno de nosotros se atrevió a decir nada mientras la joven seguía gritando y riendo al decir: “vieja”, “diabética”, “arrugada”…
Dos paradas adelante, una viejita de unos 80 años tocó el timbre para pedir su bajada. Iba sola. Bajó los escalones con lentitud y con suave firmeza. Esa lentitud y firmeza que te dan los años para saber qué hacer para mover los pies.

Aggggg!!! Las lágrimas empezaron a escurrir por mis mejillas.
Aggggg!!! Qué tristeza por esa viejita!!!
Aggggg!!! Qué tristeza por esa madre... qué puede esperar!!!
Aggggg!!! Qué tristeza por esa joven que cree que es inmortal!!!
Aggggg!!! Qué tristeza por todos los que toleramos esas expresiones de violencia!!!
Aggggg!!! Qué tristeza por todos los que NO tomamos la decisión de callar a la guacamaya vestida de mallones negros y blusita de guepardo!!!

Lo siento… me traje el empacho a casa.
La omisión, la inacción, el silencio, son formas de decidir, siempre lo digo, bueno... cada vez que tengo oportunidad:

Decir sí, decir no y guardar silencio son decisiones y de cualquiera de ellas nos tenemos que hacer responsable(s). De eso se trata la vida. De decisiones y responsabilidades.

Hasta aquí… nada que decir… bueno sí, pero no ahora. 

jueves, 14 de junio de 2012

De las citas con el libro del momento



− ¿Sabe, señor Okada? Como usted muy bien es consciente de ello, éste es un mundo sangriento y lleno de violencia. Si no eres fuerte, no sobrevives. Pero al mismo tiempo debes permanecer en silencio, aguzando el oído, para no perderte el más leve susurro. Las buenas noticas, en la mayoría de los casos, se dan en voz baja. Acuérdese de esto.


Murakami, Haruki (2001). Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. México, TusQuets, p. 488 (negritas mías).

De los caminos del bien-estar...


No hay que conformarse con las buenas lecturas, las buenas palabras, los ideales de la bondad, de bienestar o de iluminación, hay que practicar esas habilidades adquiridas. “No hay que contentarse con la teoría” hay que ser hábil.
Ser hábil es evitar las emociones destructivas, como la envidia, el odio y la codicia e implica cultivar emociones positivas felicidad, amor o contento, así como tener una visión correcta de las cosas, algo así como estar consciente de todo, aceptar las cosas tal cual son, aunque algunas de esas cosas no nos gusten o no sean como nosotros queremos.
Ser hábil significa ser ecuánime, constante y reconocer la impermanencia de las cosas. No una cosa a la vez, todo junto: ecuánime+constante+ visión correcta.
Ser hábil permite plantarnos en los zapatos del otro y tratar de entender sus problemas,  dificultades, ideales y aspiraciones. Sin juzgar sólo para observar.
Esta habilidad permite:
  • Ser feliz si ve felices a los demás.
  • Ser paciente con quienes se enojan o profieren amenazas.
  • Ser generoso con sus posesiones, su tiempo y su energía.
  • Estar dispuesto a ayudar en lo que se pueda.
  • Pensar, hablar y actuar para buscar beneficiar a la situación en general, en lugar de mirar por lo que a uno le convenga.
  • Apuntar hacia estados de conciencia que estén libres de carga del interés propio y de recriminación.
  • Saber de qué manera se pueden propiciar esos estados mentales positivos.
  • Disfrutar nuestras experiencias de un modo más ligero para llegar hacia el objetivo esencial: la felicidad, la nuestra.


Otro aspecto que está presente en esta búsqueda de bienestar es la honestidad, así :

El que es capaz hace las cosas de una forma directa, franca, sin complicaciones. No necesita recurrir a subterfugios ni darle vueltas a las cosas. No tiene que evitar sus responsabilidades. Sabe lo que piensa y lo expresa con honestidad, sin caer en juegos ni ocultar medias verdades. Es honesto.

Cierro estas notas con una sencilla reflexión:

Si alguien quiere alcanzar la calma que haga eso: que busque la calma; si alguien quiere ser feliz que haga eso: que busque la felicidad o como coloquialmente lo dijo uno de mis profesores de la maestría “no se preocupen, ocúpense”.


Fuente: Sangharákshita (2010). El diálogo del Buda sobre el amor incondiconal. Sutta karaniya, Mettá. México, Centro Budista de la Ciudad de México, pp. 33 a 39.

martes, 12 de junio de 2012

Del contento

Les digo: gracias a estas y otras enseñanzas "tengo" relativo bienestar y, por momentos, creo que hasta me han salvado la vida.

Contento, fácil de satisfacer, con pocos obligaciones, subsistencia sencilla, tener los sentidos en calma, discreto, no ser insolente y no estar codiciosamente apegado a las familias.

Santusskko cha subharo cha appakiccho cha
appakiccho cha salahukavutti
santindriyo cha nipako cha
apagabbho kulesu anahuguiddha



Notas sobre el contento:
  • Que alguien esté o no contento es siempre, básicamente, consigo mismo.
  • Una persona contenta es la que lleva una vida sencilla.
  • Quien lleva una vida sencilla llegará a estar contento.
  • El contento se trata de un estado de apertura y libertad.
  • El contento es un estado de ser generoso en el que uno no neesita aferrarse a nada ni obtener algo para ser feliz.
  • El que está contento disfruta sanamente de su estado de ser, libre de prisiones y de reservas innecesarias.
  • El contento se encuentra en lo que uno es y lo que uno tiene y no en lo que podría ser ni en lo que podría adquirir.
 
Fuente: Sangharákshita (2010). El diálogo del Buda sobre el amor incondiconal. Sutta karaniya, Mettá. México, Centro Budista de la Ciudad de México, pp. 40 a 43

lunes, 11 de junio de 2012

De los gritos silenciosos


Hoy por la mañana, un hombre iba pegando de "gritos" en el autobús por el fuertísimo olor a perfume que llevaba un joven. Era un mudo que no dejaba de agitar las manos. Yo... lo hubiera seguido, si mis gritos no fueran tan sonoros.

jueves, 7 de junio de 2012

De los diálogos de primera fila... De los otros artes


 − ¿Y cuánto cuesta ese?
Tenía su mirada depositada en el celular que aquel hombre de corte de mohicano con copete rubio traía en la mano. Ese celular en aquella mano, de aquel antebrazo de doble tatuaje. Un tatuaje sobre otro tatuaje, nunca había visto nada igual. El tatuaje estaba sin delinear, más bien era una mancha azul-verdosa en el antebrazo.
− 300 baros!! Pero trae para música, nomás que no quise que se la pusieran acá porque me cobraban 200!! Chale!! Casi igual que el chingado celular, para qué si yo lo sé hacer.
Hombre pájaro, andanzas en Insurgentes, enero 2012
− Me gusta para regalárselo a mi-hija, pero no se lo llevará a la escuela, no sea que se lo chinguen.
− Pero si todavía me debes 300 del otro.
− Neta que sí te pago!!
Y, añade, muerto de risa con ojos brillantes y manoteos ansiosos:
− Vieron cómo me apendeje, me pude chingar ese celular, estaba bien perrón. No-mamesss!! Qué pendejo!!!
Y agrega “El Niño”:
− Titubeaste y por eso no te lo chingaste!! Lo dudaste… te vi la cara.
− No-mamesss!! El wüey no se había dado cuenta que lo dejo a fuera!! Lo tenía en mi mano y lo deje ir.
Y añade el hombre del corte mohicano:
− Qué bueno que no te lo chingaste, porque si dudas, ya te chingaste, es cuando te carga la chingada. En mi viaje a las “islas Caimán” eso vi, está lleno de pendejos que a última hora dudaron y a esos son a los que se los carga la chingada y van pa’dentro. Además eran un chingo, esos si nos meten una putiza entre todos.

La plática era relajada, sin tapujos, hasta divertida, y por lo menos las cuatro personas que estábamos a su alrededor escuchábamos atentos la conversación de la que, además, nos participaban con breves miradas y cuestionamientos de ¿verdad? Para afirmar algunos de sus comentarios.

Yo miraba hacia la ventanilla, trataba de oír pero mantener  distancia, así como no queriendo, pero era imposible las voces eran fuertes, los manoteos y las risas hacían que los demás estuviéramos atentos a sus comentarios y bromas sobre el arte de robar.

− No les conté de esa vez, que por andarle haciendo al reparador de celulares abrí el mío, disque para limpiarle la pantalla touch y le metí un cuchillo de cocina y se chingo todito. No mames!! Cuando lo prendí la pantalla se venía bien culera. Se madreo todo. Entonces fui al “monte” pregunté por dos o tres celulares hasta que encontré uno igualito al mío. Luego le pedí al chavo que me enseñara uno de más allá y cuando se agacho que lo cambio. Le dejé el madreado, me metí el otro en la bolsa del pantalón, seguí viendo otros, pero al final le dije al chavo: no me gusta ninguno. Y que me voy.
Por supuesto, estaba cagado de risa.
Y agrega “El Niño”:
− No mames, también di que ya no volvimos a ver a ese chavo en el “monte”, seguro lo corrieron por pendejo.
El hombre del corte mohicano y brazo con doble tatuaje cuestiona, un tanto "consternado":
− No chingues!!! Seguro lo corrieron por tu culpa!! Qué tal que tenía una familia que mantener?? Qué tal que tenía hijos y por tu cumpla se quedo sin chamba. Qué poca madre!! Verdad…???
Y haciendo una breve inclinación con su cabeza de corte mohicano, me mira y vuelve a preguntar:
− ¿Verdad?
Mi respuesta:
− Una mirada comprensiva y una brevísima sonrisa en mis labios. 
No tenía nada que decir, bueno sí, pero no era el momento, me hubiera gustado entrevistarlos... jaaa!! jaaa!! Mi ardilla de nuevo estaba girando!!!

Los tres siguieron haciendo bromas y citando fragmentado de la historia: 
“Se apendejo porque estaba emocionado por la venta que acababa de hacer”;
“Vieron la bola de cabrones que están como perros viendo que compras”; 
“Sí nos agarran entre tantos si nos parten la madre, aunque traigamos al ‘Niño’”;
“El Niño” dice: “sí se vienen encima, yo sí le corro. No me alcanzan, en eso sí me los chingo”. 
“El Niño” que de niño no tenía nada, más que el tamaño, es un joven de unos 20 años, con bigote a medio poblar, cuerpo delgado y tamaño menudo, efectivamente, como el de un niño.
Y entonces pensé, efectivamente: “la oportunidad hace al ladrón”, pero también al honesto.

Nota 1. Contexto del Manual de Seguridad Universitaria 2021

Contexto.  La primera versión de Manual de Seguridad para Instituciones de Educación Superior se publicó en 2011 y la segunda versión salió...