Hoy me dieron ganas de llorar y
lloré, y les cuento.
Una joven insultaba
hiriente, feroz y brutalmente a “alguien”. Al principio no entendía, tenía mi
vista, mis oídos, mis sentidos puestos en mi lectura.
Seguía aturdida, escuché los gritos
muy cerca de mí, pero seguía sin comprender qué pasaba. La chica que estaba a
un asiento de mí, parada sobre el pasillo, gritaba feroz y burlonamente: “vieja”,
“arrugada”, “ruca”, “enferma”, “diabética”…. Ya ni sé cuántas cosas
más.
La joven de unos 20 años iba
acompañada de su madre, quien tímida y suavemente le susurraba: “ya
déjala… está vieja”, “ya déjala… se va a sentir mal”.
Pero yo seguía sin entender, apenas
estaba saliendo de mi mundito, no tengan duda: mi cerebro estaba tratado de
“observar” la película completa de tan desagradable historia, parte de mi
aprendizaje y comprensión de las cosas es estructurado qué le vamos a
hacer.
Fueron apenas unos minutos, pero se
respiraba un aire de impotencia y frustración de muchos de los pasajeros, pero
vergonzosamente, ninguno de nosotros se atrevió a decir nada mientras la joven
seguía gritando y riendo al decir: “vieja”, “diabética”, “arrugada”…
Dos paradas adelante, una viejita de
unos 80 años tocó el timbre para pedir su bajada. Iba sola. Bajó los escalones con lentitud y con
suave firmeza. Esa lentitud y firmeza que te dan los años para saber qué hacer
para mover los pies.
Aggggg!!! Las lágrimas empezaron a
escurrir por mis mejillas.
Aggggg!!! Qué tristeza por esa
viejita!!!
Aggggg!!! Qué tristeza por esa
madre... qué puede esperar!!!
Aggggg!!! Qué tristeza por esa joven
que cree que es inmortal!!!
Aggggg!!! Qué tristeza por todos los
que toleramos esas expresiones de violencia!!!
Aggggg!!! Qué tristeza por todos los
que NO tomamos la decisión de callar a la guacamaya vestida de
mallones negros y blusita de guepardo!!!
Lo siento… me traje el empacho a
casa.
La omisión, la inacción, el silencio,
son formas de decidir, siempre lo digo, bueno... cada vez que tengo
oportunidad:
Decir sí, decir no y guardar silencio son decisiones y de cualquiera
de ellas nos tenemos que hacer responsable(s). De eso se trata la vida. De
decisiones y responsabilidades.
Hasta aquí… nada que decir… bueno sí,
pero no ahora.