miércoles, 29 de mayo de 2013

El día 30 del resto de mi vida



Pensé en escribir unas palabras con motivo del día 30 del resto de mi vida, pero alguien me alentó las ganas de escribir desde el 29 y fue la llamada de mi entrañable y adorado amigo Carlos Lira.
Vean pues… escuchen ustedes… lean:
“tuve el privilegio de que ese viejo ermitaño, locuaz y fiel amigo me llamara por teléfono.”
Buenos días, mayo de 2013.
Y digo privilegio, porque no me contesta ni las llamadas de cumpleaños ni las navidad. Y no es que sea ingrato conmigo, más bien un día se cansó de tanto “atender” a la gente y ahora sólo se atiende a él, a su docencia y a construir su proyecto “real” de vida.
En fin… en fin… en fin… que esa es otra historia que algún día les voy a contar cuando escriba su biografía, lo que quiero decirles es que él me llamó, porque al igual que otros amigos, sin que yo es los dijera se enteraron de que el 1º de mayo tuve una cirugía de esas que les dicen mayor.
Amo las redes sociales!!! Y no me refiero a estas que están en los medios electrónicos, de verdad amo las redes sociales que te permiten estar presente y vigente en el corazón de muchos, no obstante que exista tierra y tiempo de por medio. A Carlos “alguien” le dijo que me habían operado e inmediatamente quiso saber cómo estaba y como le dije: “ya sé que la situación te forzó, pero no me importa con tal de que llames” ((jajajajaja!!)).
Lo mismo ocurrió con mi amigo Benja, a quien “alguien” más le dijo de mi condición de salud y solidariamente me llamó para ver en qué andaba y ofrecer apoyo.
Y así ocurrió con mucha gente que anda sin andar junto a mí y, así desde muy lejos, me manifestaron su cariño, solidaridad, oraciones, meditaciones, buenos pensamientos y hasta encargos especiales en misa para que yo estuviera bien.
Y estoy segura que todas esas buenas vibraciones tocaron los músculos, huesos, conocimiento y precisión de mis doctores para que todo saliera bien; y es seguro que también todas esas buenas intenciones me ayudaron en mi pronta recuperación.
A 30 días de esa operación: doy Gracias a Dios por recuperar mi calidad de vida y doy gracias por tener la presencia física, mental y amorosa de tantas personas, tantísimas personas, que han tenido detalles increíbles.
Por ejemplo, mi amiga Verónica me escribió largos correos que pude leer con calma y me mandó una amorosa lista de películas para que yo tuvieran en qué ocuparme mientras me recuperaba.
Mi querida Mon, Moni, Monik, que con tanta paciencia me ha llevado y traído en su coche por esta ciudad para atender cosas de trabajo.
A Roberto, Ada, Javy, José, Lorena, Del, Ilse, Gustavo, Juan, Iván, José Luis: mi entrañable agradecimiento por su gran responsabilidad, comprensión y solidaridad en este proceso y en estos meses de trabajo.
Ross y Gaby… ni les digo… se han tenido que chutar un proceso intensísimo de trabajo y lo hicieron de manera impecable, divertida y, claro, hasta ansiosa con un nivel de responsabilidad inmejorable.
Mis entrañables amigas-hermanas: Pilar, Rebeca, Sara, Clau, Verito y Socorro que han estado al tiro como siempre desde hace 30 años ó 15 años, ya hasta perdí la cuenta.
El Abo que nunca en su vida me había llamado por teléfono estando sobrio ((jajajaja!!)), ahora con tanto cariño cargaba su celular para marcarme todas las noches para ver cómo me sentía.
Vero, Verito, gracias por la compañía dominguera y por la planta tan hermosa que ahora adorna esta casa.
A mi querida Rosita y Toño, mil gracias por las llamadas, correos, su presencia, ahh!! y la fruta que me alimento durante los desayunos de toda la semana.
Qué les digo...?? mis querencias chiapapencas: Sus, Ulber y Doña Rosita que me trajeron todo el cariño que me tienen en Pijijiapan en pan, miel, totopos, queso, café y mi hermosa hamaca que ahora si voy a poder  usar. Y es literal: me trajeron el cariño de todos: Martha, Ana, Conchi, Nayeli, Carlitos y todos los chamacos.
Ana y Pablo: gracias por los mensajes, las palabras y sus oraciones. Todo el tiempo los tuve cerca.
Alme… Almendra gracias por la comida-visita, ya nos debemos una reunión más grande.
Mi querida Beatriz, la latosa-más-amorosa que hay en la red. Gracias por tus oraciones que sé que esas son bien especiales. Sor... Sor... ya voy a estar bien y nos comeremos esa pizza juntas.
Don Pepe… caray!!! el detalle de pucharle al whatsapp para comunicarse conmigo y estar al pendiente.
Sergio: gracias por ese desayuno-platica restaurativa, ya me incorporaré al yoga.
Eri: gracias por las visitas, los mensajes, las llamadas, el concierto y gracias por el domingo familiar.
Mi querida Ángeles, que con su gran sentido de compasión, solidaridad y cariño estuvo al pendiente. No tengo palabras para expresar lo importante que ha sido para mi tu fuerza, cariño y luz durante estos meses. Gracias por darme “esa” seguridad que necesitaba.
Mis hermanas preocuponas y mis adorables sobrinas y sobrinititas que nomás esperan que me ponga bien para que juegue con ellas.
Mi Ta y mi Fa... mis niñas chillonas, preocuponas y amorosas con su tía. 
La pequeña Lía que con tanta ansía me escribió una carta para que la llevaran al hospital porque no la dejaban entrar.
mi madre que desde allá me tiene en su corazón y sus oraciones.
Y qué les digo: he tenido situaciones complicadas en mi vida, pero esta vez “estuve de la mano de alguien" (y no en sentido figurado, en sentido literal). Ojos: gracias por el pan, la leche, la gelatina, las películas, las palabras consuelo y de ánimo, el abrazo de protección, “el” regalo, mi vaso con popote, el auxilio, la presencia, tu presencia, sólo tu presencia en este tramo de vida.
Ya pues…
Ya pues…
Ya pues…
Dios es grande conmigo!! A cada rato lo digo… digo... es un decir… Lo único que sé es que no es de dientes pa’fuera y de verdad estoy profundamente agradecida por estar sana, ser feliz, estar libre de dolor y tener lo que más necesito.
Así, y para mantenerme en sintonía, mi mantra de ahora en adelante es:
Seré más buena, amorosa, paciente, cariñosa, calmada, prospera y descansada conmigo, y así lo seré con todos los demás.
En otras palabras: seré más... más... mucho compasiva conmigo.
Sé que vienen tiempos mejores, lo sé, lo sé, lo sé… he trabajo mucho para que eso ocurra y en todos los sentidos (mente-cuerpo-espíritu) y sólo espero tener la claridad mental y espiritual para recibir, hacer y agradecerle a Dios cada cosa que me dé.
Así, dice el doctor que después del 15 de junio puedo hacer mi vida normal y “hasta se desquita” (así dijo), así que ya tendré oportunidad de ver a todos los que me falta abrazar, apapachar, disfrutar. Nomás espérenme tantito 

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