En
estos días de Estate-Quieta recordé dos cosas importantísimas para la vida de
cualquier ser humano: dormir y soñar; y vivir con sueños.
Y es que en los últimos tiempos (años) la vida, mi ajetreada vida, me llevó
(bueno yo me llevé) a vivir al día, en el momento presente, sin siquiera
detenerme a pensar en mis sueños –y en los dos sentidos: tener tiempo para
soñar mientras duermo y tener tiempo para soñar (proyectar) en el futuro–.
En el cielo, Colombia, 2011 |
Sabë en
que consista, pero hasta ahora me di cuenta de la importancia de pensar en mi
futuro y será que éste Estate-Quieta me arrojo a los brazos de la inmediatez, que mi futuro casi me alcanza.
Sabë
que mal discurso me compré que no había caído en la cuenta de la importancia de
estar bien también en el futuro (pero a largo plazo) y para que eso ocurra
tienes que trabajar en eso también en el momento presente.
Es
decir: en el momento presente no sólo se da el autoconsumo de
bienestar, también, y sobretodo, se da construcción de bienestar para el
futuro a largo plazo. Sé que esa cosmovisión de bienestar la he
trabajando desde hace algunos años y me he empeñado en generarla cada día, pero ahora entendí que en "esos días de bienestar" también tiene que sobrar un poquito de
“ese” bienestar para que te permita estar BIEN en el futuro con adversidades y en
todos los sentidos.
El
bienestar no sólo es de mente, es también físico, y tan físico y
básico como poder comer, estar sano, caminar, hablar.
Esa
construcción de bienestar ahora la asoció directamente con ese concepto llamado
calidad de vida, que en el argot de los científicos sociales se
traduce en tener la capacidad objetiva de cubrir los satisfactores básicos para
la vida de un ser humano: alimento, vestido, vivienda, salud, educación y hasta
esparcimiento. Así de expansivo y básico es esto del bienestar, que
muchas veces escribo como Bien-Estar.
Siempre
he dicho que soy cabeza dura, y esta no es la excepción, mis lecciones de vida
son rudas, pero verdaderamente me llevan a aprendizajes significativos. Ahora
al reconocer y aceptar la importancia de generar y acumular bienestar para
vivir, sobrevivir, en una línea de tiempo y en los espacios que nos toque
estar.
Así,
ese Bien-Estar se traducirá en repeticiones incesantes para ser un ser humano
feliz, saludable y próspero. Y es aquí donde los sueños adquieren sentido como
una proyección, declaración, determinación, decreto, petición, visión,
aspiración, anhelo para estar bien, ser feliz, estar libre de dolor y tener
todo lo que necesites para vivir y vivir bien.
Ya
pues: que sueño con tener una mejor calidad de vida y me esforzaré cada día para alcanzar... para lograr ese sueño.
Sutra 1.3 tada drastuh svarûpe avasthänam ||Entonces, el que ve mora en su propio y auténtico esplendor*.
((Me
encanta abrir al azar estos "libros" (maestros) de cabecera, siempre
me dicen cosas al oído))
* B.K.S.
Iyengar. Luz sobre Los Sütras de Patañjali. España, Editorial Kairós, p.
98.