En el
curso que estamos impartiendo en la Delegación me dice un alumno:
[[Hablábamos de seguridad ciudadana, subtema prevención y salió el tema de
bullying. Este joven tiene unos 20 años y actualmente es personal “operativo” en la
Delegación. En ese contexto surge el siguiente diálogo.]]
−
Yo hacia bullying cuando estaba chico.
Andanzas por la Ciudad, Eje Central, mayo 2012 |
−
Ah!
¿Sí? ¿Y qué les hacías?
Muerto de risa
me dice:
−
Era bien manchado!!! Les pegaba y les
quitaba su dinero.
−
Y
no te acusaban?
−
Sí, pero les iba peor, porque a la
salida me los agarraba.
−
Ah!!
Eras de los gandayas…??
Con cara
risueña, pero también de satisfacción, de respeto y asintiendo hacia su proyecto de vida me dice:
−
Sí,
pero qué bueno que me salí de eso, porque sino ahorita estuviera en otra parte...
[[En este
contexto “otra parte” es "otra parte": delincuencia, cárcel, muerte.]]
Me pregunté
muchas cosas, mi ardilla estaba girando y girando, pero no era el momento para
seguir con el maravilloso diálogo.
En mi cabeza flotaban muchas preguntas: ¿qué fue lo que te marco para cambiar tu
decisión sobre cómo ir por la vida? ¿qué
oportunidad tuviste que los otros no tienen?
Es claro que tuvo
que “decidir” consciente o inconscientemente entre seguirse manchando con los
chavos o hacer otra cosa con su vida.
Es decir, este chico tuvo y pudo decidir entre: la gandayes y "otro" proyecto de vida, ¿qué fue lo que
ocurrió para que pudiera elegir el camino de trabajo? Pero lo más importante
para mí ¿qué condiciones tuvo que crear
para poder seguir este camino (bienestar) y no en la gandayes?
Me puedo imaginar
algunas respuestas, pero no hay nada como tenerlas desde allá,
mmm!!! MMMM!! Gran suspiro…!! Espero tener la oportunidad de platicar con él y
con otras tantas maravillosas y bondadosas personas que he conocido en estas
dos semanas, y que con gusto están compartiendo su experiencia, frustraciones, vivencia, ideas
para contener y contender con la violencia y la inseguridad en este espacio.
No saben cuántas
cosas he aprendido en estos cursos: los polis nuevos se “aleonan” y los chavos
“se la comen solitos”, la televisión es el “escape” a la realidad, las
“perradas” acá son otra cosa…
Uyfff!! Son
muchas cosas que retumban en mi cabeza y ya será cuando me toque ser socióloga
de escritorio que tenga que integrar todos estos conocimientos para diseñar estrategias
de atención y prevención.
Hasta aquí... por hoy.