sábado, 5 de noviembre de 2011

De mi pasión por Francisco I. Madero...

Hace poco más de tres años, como parte del programa de formación de maestros de Yoga Iyengar [1], me dejaron leer el Bhagavad Gita, particularmente para la clase de filosofía. De presencia el “libro” es delgado y escrito en forma de versos, sin embargo y, sin que históricamente me pese hacer una lectura, no se me antojo leerlo, no pude establecer “química” con el texto y deje pasar la lectura, a pesar de ser obligada. La dejé, la omití, la abandoné, hasta aquel domingo, cuando tuve mi "encuentro" con Francisco I. Madero, más bien, tuve mi encuentro con la vida espirutal de Francisco I. Madero.
Son de esos días en los que mi gusto por planchar me lleva a dedicar largas horas de mis domingos a tal arte. Ese domingo estaba en el arte de la planchada mirando la televisión, canal 11 o 22 y estaban pasando un documental de Francisco I. Madero y su Revolución Espiritista.
Empecé a poner atención al documental cuando empezaron a narrar del viaje de Madero a París donde tiene su primer encuentro con el medio espiritista [2]. Siguió el relato y me quedé sin aliento cuando hablan de la influencia del Bhagavad Gita en la formación de los ideales revolucionarios de Francisco I. Madero. Sabrán que estas cosas, como socióloga, me pueden enloquecer, así nomás. Una base filosófica muy avanzada para el contexto social de la época: un visión humanista del desarrollo de la sociedad mexicana. El acceso a los satisfactores básicos (alimentación, educación, salud) como elementos fundamentales para la felicidad de los seres humanos. Ese contenido era, como comprenderá, muy revolucionario para esa época y también para esta. Luego compartiré algunas notas sobre mí comprensión del Bhagavad Gita y la felicidad.
También, dicen que, Francisco I. Madero hace una de las primeras traducciones al español del texto sagrado de Bhagavad Gita. Tiempo después leí que no sólo hace esa traducción, si no que hay una edición con notas de él, mismas que se publican con un seudónimo. Lo anterior, como muchas cosas de la versión de Madero como escritor, lo hace en su carácter de escribiente[3], por lo cual esos textos andan en alguna parte con seudónimos, y no tengo más referencia sobre esos textos.
El documental estaba tan interesante que hasta dejé de planchar y me consagré en disfrutar mi encuentro con Madero.
De Madero supe más cosas: su práctica espiritista; y del espiritismo que tiene escribientes; y que Madero era un escribiente; y que los espiritas son un grupo “religioso” marginal, muy presente en nuestra sociedad. Esto lo supe no por el documental ni por las lecturas que tuve, posteriormente, sobre el tema ¿Qué cómo sé esto? Muy fácil, en esos días entendí, comprendí, que "alguien" muy cercano a mí, desde hace más de 20 años, era, es, un practicante pleno y muy calificado del espiritismo. Impactante. Sí. Muy impactante.
Del Bhagavad Gita supe más cosas: que además de ser un texto sagrado del hinduismo[4], había sido, nada más y nada menos, que el libro de cabecera de Mahatma Gandhi y su revolución pacífica.
Entonces cómo no iba a leer el Bhagavad Gita, sí había sido base de dos revoluciones sociales. Ya saben: soy cabeza dura y me digo científica social!!!! Todo esto me llevo a los brazos de Bhagavad Gita. Afortunadamente, por esos tiempos, mi práctica de yoga era plena y constante, lo que permitió que mi cabeza dura se suavizara y que las palabras del texto sagrado llegaran a través del corazón y no por la cabeza. Así, creo, tener una lectura muy "transparente" del Bhagavad Gita.
Después le pedí a Horacio Correa, brillante historiador y museógrafo, que me recomendará libros sobre Madero. Así, inicié mi búsqueda por la vida espiritual de Francisco I. Madero. El día de ayer en una comida con amigos escritores, supe que uno de ellos, Armando Alanis, escribió sobre Francisco Villa, ahora sé que se llama Las Lágrimas del Centauro[5], que seguro será parte de las lecturas por hacer en estos días. Entonces Armado, Alanis como le llaman sus amigos, escuchó de mi interés por Francisco I. Madero, es así que me pregunta que de dónde y por qué mi interés por Madero. Le conté parte de mi encuentro con la vida espirutal (espiritista) de Francisco I. Madero y le compartí mi deseo de investigar y escribir sobre ese tema. Amablemente, me dio algunos tips de búsqueda y me compartió algunas fuentes de información, alentándome a ir a Coahuila a conocer la cuna de mi personaje.
Y hoy me encuentro esta nota en el diario A un siglo del sueño de Madero que refresca y alienta mi interés por investigar y escibir sobre la vida espiritual de Francisco I. Madero. 

Notas 
[2] http://es.wikiquote.org/wiki/Bhagavad-Gita

[3] El escribiente es aquél que recibe dictados del más allá.

[4] http://es.wikipedia.org/wiki/Hinduismo 

[5] http://www.vanguardia.com.mx/presentaarmandoalanislaslagrimasdepanchovilla-584532.html 

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